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Ya había transcurrido un mes desde mi última sesión BDSM, mientras eso la vida pasa entera en el trabajo a veces tanta calma me agobia, me hostiga el BDSM es mi escape de esa sensación de estar enjaulada con la absurda contraparte de que salgo de una jaula para entrar en otra, pero en esta otra me siento liberada, satisfecha y feliz.
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